Uno de los mejores ejemplos de uso del ritmo motorik vino de una de las bandas que escaparon con mayor asiduidad de él dentro de la escena del krautrock. Mucho más partidarios de la exploración de los confines espaciales del jazz, la psicodélia y el rock progresivo que de las pautas rígidas, Can lograron el tema perfecto uniendo las dos grandes tendencias del género, la improvisación y los ritmos marcados y constantes. Un trallazo en toda regla cargado de intensidad y tensión. Lo hicieron para la película “Das Millionenspiel” dirigida por Tom Toelle en 1970 y cuyas consecuencias nos trajeron a Arnold Schwarzenegger con “The Running Man” diecisiete años más tarde. El hit fue impepinable, cogieron lo mejor de Neu!, Cluster y los primeros Kraftwerk y le añadieron mayores dosis de imprevisibilidad y energía. Se transformaba así el ritmo en un lienzo sobre el que dibujar toda su imaginería jazz en un marco que, si no era innovador, al menos sí se diferenciaba del resto.
“Millionenspiel” volvió a florecer tras la publicación, hace cuatro años, de “The Lost Tapes”, a cargo de Mute. Una de las compilaciones de caras B, temas inéditos y algunas piezas en directo más impactantes y relevantes que encontraréis jamás. Imprescindible al nivel de sus mejores álbumes, incluso en las piezas en directo que habitualmente son las que generan más pereza, aunque sí es cierto que también hay momentos (y momentos largos) de experimentación introspectiva y de ensayos prueba-error. Que no os echen para atrás, en la era digital no hay excusa. Y la recompensa es grande. Can es, sin duda, la banda que más y mejor ha aportado al krautrock y la historia ha sido justa con ellos en este sentido.